jueves, 20 de abril de 2017

TRENES, RIELES Y CREMALLERAS





El año 1913 tocaba  a su término la trascendental y titánica obra que significó la construcción del ferrocarril de  Calera a La Serena, “visión profética de encumbrados estadistas,  los Presidentes Balmaceda y Montt, que tan porfiadas batallas libraron por su realización,” según opinión del distinguido ingeniero Santiago Marín Vicuña, uno de sus forjadores.
La sección de Calera a Limahuida, donde comenzaba el longitudinal norte, fue la parte  mas costosa y difícil de la red de un metro de ancho, con cuatro túneles y quince trozos de cremallera Abt con gradientes máximas de 3% en la parte por adherencia y de 6% en la de cremallera.
En la fotografía se aprecia la poderosa locomotora tipo UA, remolcando el tren en un sector con cremallera entre Palquico e Illapel, mientras observa la empinada cuesta el ingeniero civil del Distrito, José Fernández Merino, junto a su autocarril.

El año 1940, se construyó la llamada variante costa de la red a partir de La Ligua, por lo que se abandonó el  complicado tramo interior primitivo de la vía a fin de acercarla al océano por Longotoma, Pichidangui y Los Vilos. En el desarrollo de esta obra le cupo una activa y destacada participación al ingeniero Fernández, responsable de  Vias y Obras de FF.CC del E  de  Calera a La Serena.


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