sábado, 23 de julio de 2016

TESTIMONIOS BLOQUEO DE IQUIQUE

“Testimonios y Referencias del Bloqueo de Iquique y del Combate Naval del 21 de Mayo de 1879


El Excmo. Señor Alberto Puig Arosemena, ex Embajador de Ecuador en Chile, actualmente acreditado ante la República Argentina, ha querido se reediten en nuestro país las «Memorias del Bloqueo de Iquique» que, con sin igual talento, erudición y riqueza de lenguaje, escribió, por el año 1910, su ilustre padre, don Jaime Puig y Verdaguer, testigo ocular de la epopeya que cubriera de gloria a la marina chilena1.Con este gesto, el distinguido diplomático de nuestra hermana República del Ecuador pone una vez más de ma- ni esto sus afectuosos sentimientos hacia Chile, ya demos- trados con largueza en ocasión de su estadía entre nosotros. Sus iniciativas que, de prosperar alguna vez, importarían dar estructura de granito a las tradicionales buenas rela- ciones chileno-ecuatorianas, ahora en el ancho campo de la complementación económica de ambos países, singulari- zaron al Excmo. Señor Puig Arosemena como un sincero y denodado amigo de Chile. El autor de Las «Memorias del Bloqueo de Iquique» quiso que el recuerdo de aquellos altos ejemplos de valor, honor y patriotismo fueran retenidos en la memoria de sus hijos, sino una enseñanza saludable que fortaleciera su ci- vismos. El hijo, no solo ha cumplido tal encargo, sino que, excediéndole noblemente, anidó en su corazón los más cor- diales y cariñosos sentimientos hacia la nación que, a su turno, heredara el valor, el honor y el patriotismo de los héroes que, en la rada de Iquique, sacri caron la vida en aras de su destino.
Y bien, con el antecedente de esta sucesión de Familiares sentimientos, nos hemos introducido era las bellas páginas de las memorias de don Jaime Puig y Verdaguer, escritas con la emoción, con el entusiasmo, pero al mismo tiempo con la justicia y la ecuanimidad, del hombre superior que no necesita hacer esfuerzos para ensalzar la proeza de unos, sin menguar la actuación y la conducta de los otros.Porque, si bien las «Memorias del Bloqueo de Iquique» resultan destinadas a inmortalizar en el recuerdo escrito el heroísmo, el desprecio por la vida, el amor ciego por la patria, el concepto rígido y acerado del cumplimiento del deber, de que hicieron gala Arturo Prat y sus compañeros de sacri cio, el autor, en parte alguna de su libro, deja de reconocer el patriotismo con que, a su vez, lucharon en la homérica contienda los marinos del Perú.
Llama poderosamente la atención el conocimiento cabal que el señor Puig y Verdaguer demuestra tener de la terminología náutica. O ciales de la Armada, con quienes hemos comentado sus Memorias, se manifestaron extrañados de una versación tan extraordinariamente completa en una materia técnica ajena a las actividades habituales del autor.
Pero, lo que más impresiona en el libro de don Jaime Puig y Verdaguer, es la belleza incomparable del lenguaje. Le niega el, en su prefacio, todo carácter de joya literaria. Sin embargo, bien que, sin la autoridad del crítico profesional, no podemos dejar de recti carlo a este respecto, pues las «Memorias del Bloqueo de Iquique» están escritas con tal re nada elegancia con tanta inspiración, que proporcio- na a la narración de los acontecimientos esa fuerza pictórica propia solo de las grandes creaciones literarias.
El Combate Naval de Iquique, la inmolación de Prat, de Serrano, de Uribe, de Riquelme, de Aldea y todos los demáshéroes que sucumbieron ante la idea de que la bandera de Chile no puede jamás ser arriada por imposición del ene- migo, es la página más gloriosa de la historia de Chile. A partir de 1879, todas las generaciones de nuestros marinos han vivido inspiradas en el ejemplo escrito con la sangre de aquellos inmortales.Permítasenos, entonces, que al prologar el hermoso libro que leeréis a continuación, rindamos a su autor, don Jaime Puig y Verdaguer, el cálido homenaje de la gratitud chilena hacia el noble extranjero que, en forma tan brillante, supo vaciar su emocionada admiración por la hazaña de que vive orgulloso un pueblo jamás vencido.Arturo Olavarría Bravo 

1 comentario:

  1. Ejemplos como el de nuestros héroes deben inspirar el amor a nuestra patria en ésta generación y siempre.
    En estos tiempos pareciera que ese espíritu no prevaleciera y una nube tóxica confunde el alma patria.
    El enemigo quiere debilitar la buena voluntad, fomentando la desunión, avaricia y el vicio.
    Nuestros héroes nos muestran el camino de la virtud, generosidad y sobriedad.

    Poner por encima del interés personal el bien imperecedero del terruño que nos ha dado el Creador,nos permitirá salir de la crisis.
    También el respeto por el enemigo y vecino.
    No hay mejor defensa que la de un corazón puro e inocente.
    Eso evocan para la eternidad nuestros héroes.
    Que gran legado nos dejan.
    Pero hay quienes quieren degradar más que enaltecer, prefieren exigir y buscar el propio interés,que a dar, prefieren la hostilidad a la generosidad.
    La patria tiene una gran deuda con nuestros héroes.
    Aquellos que hacen patria en una multitud de inmolaciones silenciosas.
    Honor y gracias a ellos.

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